jueves, 15 de julio de 2010

La frase de moda

“Hay que estar en la redes sociales” Esa es la frase que llevo oyendo constantemente durante todo este año. El cómo y el para qué, en principio es lo de menos, o al menos es de lo que no se habla. Es evidente que todos estamos viviendo en primera persona el fenómeno del “Social Media” y en mi modesta opinión todavía no tenemos ni puta idea. También es normal las redes sociales si las comparamos con otros medios se están empezando a desarrollar todavía son como niños habrá que ver que tal les van sentado el inevitable efecto del crecimiento.

Un tipo de Google lo definió hace ya algún tiempo como el “sexo para los adolescentes” explicando que todos quieren practicarlo, pero ninguno sabe muy bien cómo y cuando lo han practicado, se han dado cuenta de que no era tan bueno. Me parece una definición brillante.

Lo que parece cierto es que a la reina (TV) le ha salido un competidor, joven, inteligente, atractivo, respetuoso, confidente, amigo y además exitoso...

El aquí y ahora se ha hecho más fuerte que nunca, los más jóvenes suben sus fotos desde la arena de la playa para enseñar a sus amigos lo que hacen o lo felices que son, o que dicen que son, comentan donde pasarán el próximo fin de semana, dónde viajarán y qué es lo que harán, presentarán a sus nuevos amigos en sociedad, estarán en contacto con todo su mundo estén donde estén y a la hora que sea pero…. Me pregunto qué pasaría si cuando hablas con un amigo en una terraza tranquilamente un señor con una pancarta de 2 metros se sienta a tu lado y empieza a contarte que quiere ser tu amigo y que además, tiene para venderte un teléfono movil, una bebida refrescante, un coche, unas deportivas, o una hipoteca para el futuro, o una bebida para reducir el colesterol…. Joder, lo primero que pensarías sería, pero si yo no tengo colesterol? Y después probablemente le dirías que te está molestando y que no te interesa comprar nada de eso en ese momento, esto en términos de Facebook por ejemplo esto se dice “ignorar”.

Sabemos del grandísimo potencial de las Redes Sociales, pero aún no atisbamos cómo evolucionarán y que posibilidades se abrirán para la comunicación comercial.

Bueno si hay alguno que lo tenga muy claro, aquí le dejo mi dirección de correo pepe.chamorro@jwt.com para que me escriba y me lo cuente. Al igual y si nos juntamos… oye, nos ganamos la vida dando charlas por ahí como los ex presidentes de Gobierno.

Veo diariamente cientos y cientos de artículos y presentaciones que definen y cuentan el fenómeno de las redes sociales, pero como hace 12 años con Internet, encuentro vaticinios en todos los rincones, pero todavía no encuentro propuestas concretas en ninguno.

En mi opinión es el momento de investigar de aprender y de observar que pasa con este fenómeno, la prueba/error es absolutamente necesaria en este proceso de aprendizaje en el que estamos.

Además, aprovechando el momento, las estrecheces de las crisis nos obligan a ser más creativos y experimentar. Cambiemos el modelo de relación de relación con el consumidor, la forma en la que repartimos nuestros presupuestos, hagamos algo diferente de una vez, aceptemos el reto que tenemos delante, pero hagámoslo comprendiendo y entendiendo este nuevo medio.

Ahora, escuchar creo que es la clave, escuchar lo que nos están contando.

Si, sí, equivoquémonos, pero esta vez y a diferencia de muchas anteriores, equivoquémonos mejor.

jueves, 1 de julio de 2010

Pensando, pensando

Pensando, pensando... he decido adentrarme en el mundillo este de compartir las cosas que uno piensa, siempre con la esperanza de que a alguien le pueda inspirar, interesar, provocar, aburrir o rechazar.

Nunca he sido demasiado constante con lo cual vamos a ver hasta cuando dura esta aventura.

Espero que lo poco que ire posteando os interese.

La Obnosis

Parece ser que en la antigua Grecia existía un concepto caído en desuso hoy día y denominado como: “La obnosis” que hace referencia a aquello que es obvio y que paradójicamente acaba siendo obviado.

Y ese es el sentimiento que se me genera diariamente cuando veo la cantidad de cosas de las que seguimos hablando continuamente y en las que no encuentro ninguna respuesta ni ningún cambio.

Por ejemplo sigo asistiendo a concursos a los que nos presentamos 19 agencias de publicidad cuando son de carácter público y alrededor de 5 de media cuando lo son de carácter privado, como podéis calcular tenemos entre un 20 y un 5 por ciento de probabilidades de ganar ese concurso en el mejor de los casos, ¿si tuviéramos las mismas probabilidades de salir con vida de una operación, estaríamos acojonados no? Menos mal que no es lo mismo, algo que me alivia, la verdad, pero creo que tiene la suficiente importancia como para provocar un cambio de una vez.

Concursos en los que no nos hacemos respetar nada, en los que nos quedamos a merced de otros y en los que perdemos el valor antes de empezar a trabajar. Comisiones inferiores al 5%, ofertas económicas que no pueden ser rentables y exigencias de servicio inacabables dentro de esos mismos pliegos de licitación.

Mientras nosotros, seguimos practicando esa Obnosis a la que me refiero en el título de este artículo y es que no entiendo como de una vez, no dejamos de lamentar nuestra situación y empezamos a mirar a nuestro alrededor y a darnos cuenta de qué lo está pasando va muy enserio y que la única forma de superarlo es cambiando y proponiendo cambios reales en los modelos de gestión/negocio/relación para una sociedad de consumo que está cambiando cada vez más rápidamente

Uno recupera la credibilidad y la autoestima cuando no tiene miedo, y creo que nosotros vivimos constantemente asustados, por no ser queridos, seleccionados, valorados, apreciados, entendidos…., que coñazo no?

Hemos dejado acaso de creer que nuestro trabajo sigue ayudando a las marcas a ser elegidas sobre su competencia, a ser más queridas, más valoradas, más vendidas, mejor retribuidas o más idolatradas según se mire?

Y si no es así, por qué no nos respetamos más?

No habrá solución a la fractura y la rampa de descenso de nuestro sector si nosotros no ponemos los límites. Hemos de ser nosotros los que nos regulemos, los que nos llamemos la atención cuando no hagamos las cosas bien.

Cuantas veces cuando nos encontramos por ahí hablamos de lo mismo…..sin ningún avance. Me gustaría ver avances concretos en cuestiones tan básicas como la políticas de retribución que actualmente son un desastre para evitar las tentaciones cortoplacistas de algunos iluminados que llevan haciendo de las suyas mucho tiempo en este tipo de cuestiones.

“Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia” decía Honoré de Balzac hace mucho tiempo. Por suerte nuestro destino está en nuestras manos, sí en las nuestras, aunque no queramos aceptar el reto, por miedo, por desidia, por falta de preparación o por lo que queramos seguir completando…

Pero lo que no podemos obviar es que se está abriendo claramente una nueva etapa una “crisis” o cambio y la Obnosis no es el mejor consejero para seguir desarrollándonos como industria.

En nuestras manos está el solucionarlo.