Parece ser que en la antigua Grecia existía un concepto caído en desuso hoy día y denominado como: “La obnosis” que hace referencia a aquello que es obvio y que paradójicamente acaba siendo obviado.
Y ese es el sentimiento que se me genera diariamente cuando veo la cantidad de cosas de las que seguimos hablando continuamente y en las que no encuentro ninguna respuesta ni ningún cambio.
Por ejemplo sigo asistiendo a concursos a los que nos presentamos 19 agencias de publicidad cuando son de carácter público y alrededor de 5 de media cuando lo son de carácter privado, como podéis calcular tenemos entre un 20 y un 5 por ciento de probabilidades de ganar ese concurso en el mejor de los casos, ¿si tuviéramos las mismas probabilidades de salir con vida de una operación, estaríamos acojonados no? Menos mal que no es lo mismo, algo que me alivia, la verdad, pero creo que tiene la suficiente importancia como para provocar un cambio de una vez.
Concursos en los que no nos hacemos respetar nada, en los que nos quedamos a merced de otros y en los que perdemos el valor antes de empezar a trabajar. Comisiones inferiores al 5%, ofertas económicas que no pueden ser rentables y exigencias de servicio inacabables dentro de esos mismos pliegos de licitación.
Mientras nosotros, seguimos practicando esa Obnosis a la que me refiero en el título de este artículo y es que no entiendo como de una vez, no dejamos de lamentar nuestra situación y empezamos a mirar a nuestro alrededor y a darnos cuenta de qué lo está pasando va muy enserio y que la única forma de superarlo es cambiando y proponiendo cambios reales en los modelos de gestión/negocio/relación para una sociedad de consumo que está cambiando cada vez más rápidamente
Uno recupera la credibilidad y la autoestima cuando no tiene miedo, y creo que nosotros vivimos constantemente asustados, por no ser queridos, seleccionados, valorados, apreciados, entendidos…., que coñazo no?
Hemos dejado acaso de creer que nuestro trabajo sigue ayudando a las marcas a ser elegidas sobre su competencia, a ser más queridas, más valoradas, más vendidas, mejor retribuidas o más idolatradas según se mire?
Y si no es así, por qué no nos respetamos más?
No habrá solución a la fractura y la rampa de descenso de nuestro sector si nosotros no ponemos los límites. Hemos de ser nosotros los que nos regulemos, los que nos llamemos la atención cuando no hagamos las cosas bien.
Cuantas veces cuando nos encontramos por ahí hablamos de lo mismo…..sin ningún avance. Me gustaría ver avances concretos en cuestiones tan básicas como la políticas de retribución que actualmente son un desastre para evitar las tentaciones cortoplacistas de algunos iluminados que llevan haciendo de las suyas mucho tiempo en este tipo de cuestiones.
“Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia” decía Honoré de Balzac hace mucho tiempo. Por suerte nuestro destino está en nuestras manos, sí en las nuestras, aunque no queramos aceptar el reto, por miedo, por desidia, por falta de preparación o por lo que queramos seguir completando…
Pero lo que no podemos obviar es que se está abriendo claramente una nueva etapa una “crisis” o cambio y la Obnosis no es el mejor consejero para seguir desarrollándonos como industria.
En nuestras manos está el solucionarlo.
Extraordinario, si no cambiamos nosotros mismos nada cambiará y la realidad espantosa a que nos lleva el mundo nos exterminará.
ResponderEliminar